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Peña Nieto Entre Caciques: Traidores y Enemigos

* HOY COMO AYER: GUARDIAS BLANCAS, JUEGOS DE AZAR Y PARTIDOS ESTATALES

 

 

* ATACAN A PEÑA NIETO, PERO LOS GOBERNADORES PAGAN AL MAGISTERIO REBELDE

 

 

* LOS NUEVOS CACIQUES ESTATALES ACOTAN AL GOBIERNO FEDERAL

 

 

 

 

por JOSÉ A. PÉREZ STUART

 

 

Cada día es más evidente el doble juego que contra Enrique Peña Nieto, y la línea liberal-modernizadora del Nuevo PRI, llevan a cabo facciones revolucionarias que intentan un reload (restablecer, recargar) del modelo nacional-revolucionario al todavía vigente sistema político mexicano, mismo que nunca tuvieron la intención de reemplazar Vicente Fox o Felipe Calderón, en 12 años de gobiernos falsamente panistas.

 

 

En todo caso, el actual Presidente de México está sufriendo lo mismo que Miguel de la

Madrid, quien también recargando su política exterior en la corriente neocardenista, con Bernardo Sepúlveda Amor a la cabeza, y su política interna en la corriente hidalguense –en aquél entonces representada por los Lugo–, era forzado de manera reiterada a definir su sexenio como «demócrata social».

 

 

En los pocos meses que lleva Enrique Peña Nieto como Presidente, ciertamente –a diferencia de De la Madrid–, no se ha visto presionado a definirse ideológicamente en contra de sus convicciones liberal-modernizadoras (lo cual equivaldría a caer en el dogmatismo nacional-revolucionario que combate la facción que él representa), pero en cambio sí se la ha pasado librando una doble batalla que ha evidenciado lo previsto por los analistas de Inteligencia, desde el amasiato de su campaña electoral, hasta el concubinato conformador de su gabinete: esto es, «la incompatibilidad de caracteres» de los integrantes de la unión que lo condujo a Los Pinos.

 

 

En efecto, así libra Peña Nieto la doble batalla:

 

 

*  De manera abierta, franca, violenta, Enrique Peña Nieto enfrenta la oposición del espectro

cardenista-comunista del viejo PRM (Partido de la Revolución Mexicana), que con un pie dentro del rejuego partidista –a través de MORENA, el PT, y una facción perredista–, y con otro pie fuera de la institucionalidad partitocrática, resucita al Movimiento de Liberación Nacional, sólo que ahora con el acompañamiento insurreccional de  la CNTE y la narco guerrilla.

 

 

*  Del otro lado, enfrenta al enemigo en casa: son las facciones autoproclamadas custodias del «proyecto histórico de la Revolución», y que desde la convocatoria callista para establecer el modelo nacional-revolucionario en el país, no han dejado de operar desde sus enclaves geopolíticos, pasando así desde el caudillismo hasta el caciquismo, y de éste último a la actual CONAGO, moderno bunker donde negocian la compra-venta de lealtades con el Presidente en turno. El mero «respaldo» discursivo a las iniciativas y proyectos presidenciales, lo canjean por el manejo omnipotente de recursos e instituciones de los estados en los que deberían ser auténticos Mandatarios, y no mandantes. Los mandatarios estatales que operan bajo ese mecanismo de simulación de lealtades al Presidente Peña Nieto y al PRI, en el fondo son enemigos del modelo liberal-modernizador, al que califican de «neoliberal». Militan formalmente en el PRI, pero conspiran al lado de otros, que aunque también de origen, ideología y militancia logial revolucionarias, llegaron a ser gobernadores gracias a las ingenuas alianzas electorales de católicos liberales del PAN, que les abrieron la puerta de dicho Partido…dizque en aras de «la transición».

 

 

Así, tanto los gobernadores producto de «alianzas», como los nominalmente priístas, pero enemigos del «neoliberalismo», verbalmente apoyan las impostergables reformas constitucionales ahora impulsadas por Peña Nieto, pero en la práctica carcomen, sabotean el proyecto sexenal, a través del respaldo a la facción violenta que alientan cardenistas y nacional-revolucionarios.

 

 

Ambos, repiten lo que sus ancestros aplicaron, en el mero afán de mantener incólumes sus cotos regionales de poder:

 

 

1.- Han revivido las viejas «defensas sociales» patrocinadas los caciques estatales y regionales, mediante las hoy igualmente armadas «guardias comunitarias», financiadas por narco-políticos que a través de confrontaciones con elementos del Ejército y la Armada, tratan de «pintar su raya», delimitar su territorio, so pretexto de «defenderse» de los cárteles de la droga.

 

 

(La novedad de estas modernas «guardias blancas» –justificadas hoy como ayer por los caciques, en el sentido de presentarlas como  encargadas de mantener la ley y el orden de manera «espontánea»–, es que ahora operan en sintonía con la narco-guerrilla.)

 

 

2..- Al igual que lo hicieron en aquél entonces las élites revolucionarias norteñas, las de ahora también financian parte del operativo bélico y belicoso contra Enrique Peña Nieto y la corriente liberal-modernizadora del Nuevo PRI, mediante el control de los juegos de azar. Hay que recordar que entre los 20´s y 30´s, los caciques norteños tenían control de los juegos de azar y la exportación de ganado, que les redituaban jugosos ingresos. Ahora, no

es extraño que se repita la historia, a la luz de lo que sucede dentro del PAN de las «alianzas»: el control de dicho Partido se ha desplazado, de los ingenuos católicos liberales, a los casineros, dueños de las cadenas de los juegos de azar en todo el país.

 

 

3.- También como en aquél entonces, algunos de los nuevos caciques han revivido el montaje de Partidos Políticos de carácter estatal o regional. Para los desmemoriados, sólo les recuerdo que la constitución del Partido Nacional Revolucionario (PNR), tuvo como modelo el esquema portesgilista de construir una maquinaria de control corporativo a través de su propio Partido, el Partido Socialista Fronterizo, que operaba desde su nativa Tamaulipas.

 

 

Precisamente sobre esa base de Partidos Socialistas estatales o regionales tripulados por los caciques, se estructuró el Nacionalismo Revolucionario como estructura e ideología políticas. Y se hizo Partido nacional.

 

 

4.- En el caso de Puebla, por ejemplo, no ha dejado de llamar la atención a los analistas de Inteligencia el que «repentinamente» y sin el menor freno oficial, cobren fuerza, realicen marchas callejeras y se apoderen de las casetas de cuotas carreteras, los grupos más belicosos de tinte comunista, como la CNTE, y que incluso hasta el supuestamente perseguido «Simitrio» Sarabia, cabeza de la organización marxista 28 de Octubre, se haya atrevido a hablar en público la semana anterior, en un mítin anti Peña Nieto en la capital poblana, sin que autoridad alguna lo frenara, no obstante las limitantes legales que pesan en su contra

 

 

Es evidente que hay toda una estrategia de doblegamiento contra Peña Nieto, que opera al unísono, desde dentro y fuera de las propias estructuras de poder, y permite y alienta el ensanchamiento de los problemas, no su solución. Y es precisamente en este contexto, de respaldo político y económico de los modernos caciques estatales a las agrupaciones gremiales anti Peña Nieto, que de manera contundente, el Presidente de la República ha propuesto al Congreso la reasignación de la nómina magisterial al Gobierno Federal, ya que queda en claro que los gobernadores están financiando con recursos públicos la violencia revolucionaria:

 

 

a) Los gobiernos de los estados donde los profesores realizan paros, bloquean carreteras e incumplen con el ciclo escolar por permanecer en la ciudad de México organizando actos vandálicos…les siguen realizando su paga y hasta otorgando «premios».

 

 

b) En contraste, el único que sufre los embates políticos es el Gobierno Federal, debido a reformas que impulsa para la modernización del país y el mejoramiento en la calidad educativa. El Presidente recibe los golpes, y los gobernadores-caciques siguen pagando y otorgando «reconocimientos» económicos a los profesores rijosos, como si nada pasara, como si siguieran dando clases, como si devengaran auténticamente su salario.

 

 

Las cosas, pues, cada día parecen más claras. De ahí que en los mentideros políticos no deje de insistirse en que ese amasiato electoral del 2012, que condujo a un concubinato hecho gabinete el 1 de diciembre del mismo año…habrá necesidad de que pronto llegue a su fin, pues la elegante «incompatibilidad de caracteres», en el fondo esconde la infidelidad manifiesta. No puede ser que se deje solo al Presidente, en tanto los encargados de la seguridad y la operación política de su gobierno nadan de muertito, y los gobernadores-caciques mantienen subvencionando a los rijosos.

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El PAN entre las Cuerdas; Puebla en la Encrucijada del Zedillato Para el 2018

*  EL ZEDILLATO YA NO QUIERE PRESTADO AL PAN, SINO QUEDARSE CON ÉL…VÍA PUEBLA

*  MADERO SE NEGÓ A SER UN MERO ESPECTADOR DEL REJUEGO ZEDILLO-CALDERONISTA vs PEÑA NIETO

*  MANUEL ESPINO PUSO A CREEL EN EL SENADO; CALDERÓN SE ENOJÓ Y DE AHÍ NACIÓ LA PUGNA 

 

 

 

El Partido Acción Nacional ha sido puesto entre las cuerdas:

 

1.- Si Madero no tiene garantizada su reelección al frente del PAN, no tendría ya razón de ser regalarle la gobernatura de Baja California a dicho Partido.

 

2.- Y en Puebla, el candidato oficial neopanista, Antonio Gali, a decir de analistas políticos, está sufriendo el «síndrome de Josefina Vázquez Mota»:

 

a) Si no rompe con el gobierno de Rafael Moreno Valle –como Josefina no lo hizo con el de Felipe Calderón–, aseguran que será sepultado por el voto de castigo generado por el descontento popular provocado por la inseguridad creciente y las polémicas obras públicas en la entidad.

 

b) Pero si se atreve a romper Gali con Moreno-Valle Rosastambién perdería electoralmente por cualquiera de estas dos vías: «a lo Josefina VazquezMota» (abanbdonada a su suerte por el mandatario en turno) o «a lo Colosio», esto es,reemplazado por Jorge Aguilar Chedraui, una vez que como respuesta a su atrevimiento de romper el cordón umbilical, se le sustituya, en vista de investigaciones judiciales relacionadas con su riqueza abruptamente inflamada en los últimos dos años.

 

Así las cosas, a diferencia de Baja California, Veracruz u otros estados, el de Puebla es un caso peculiar, ya que el zedillato que manejó ininterrumpidamente a México durante 18 años –a partir del asesinato de Luis Donaldo Colosio y hasta el triunfo priísta en los comicios presidenciales del 2012–, pretende recuperar la Presidencia de la República «desde Puebla», a través de una pinza política:

 

* Transformar mercadológicamente una nueva derrota electoral priísta en Puebla en julio de este año, en una derrota personal de Enrique Peña Nieto, y

 

* Derrotar al PRI en Puebla en estas elecciones, para con ello reforzar al «Cártel de Puebla» dentro del PAN, y ya no utlizar a éste último como en los dos sexenios pasados –para simular democracia y modernización en el país–, sino ahora sí para apoderarse plenamente del mismo Partido Acción Nacional y, desde él, hacerle frente a la línea liberal priísta que encabeza Peña Nieto, en los comicios del 2018.

 

Hacer del PAN, pues, otro PRD.

 

Hacer del PAN, pues, otro Convergencia.

 

Los dos Partidos Políticos citados, son ejemplos fallidos de la intentona de los dinosaurios por desbaratar el peso político del PRI en la vida nacional, una vez que en éste instituto revivió el modelo liberal –con el reconocimiento a las Iglesias, el establecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, el desmoronamiento del estatalismo económico, la reforma al Artículo 27 de la Constitución, etc– y quedó enterrado el Nacionalismo Revolucionario.

 

Una vez que Enrique Peña Nieto fue candidato del PRI, y posteriormente ganó los comicios, las logias opositoras al modelo liberal-modernizador no han cejado en su empeño de hacer frecasar la gestión del actual Presidente de la República. La detención de Elba Esther Gordillo les significó el cierre del ducto por el cual se regaban cientos de millones de pesos para los opositores al régimen, así como el ejército de «mapaches» del SNTE en los comicios estatales. Su respuesta a la detención de la profesora, fue reutilizar al calderonismo para sabotear las reformas presidenciales en el Congreso. Y Gustavo Madero, presidente del PAN, fue convertido en un títere, al «saltarselo», es decir, al no tomarlo en cuenta con modificaciones e iniciativas de ley preparadas por el zedillato y sólo exhibidas por Ernesto Cordero. Frente a esta evidente situación, Madero reaccionó y aplicó los estatutos para descabezar la rebelión zedillo-calderonista. 

 

Los que hoy desde el PAN critican el proceder de Madero, pretenden olvidar que una situación similar fue la que hizo estallar la relación entre el ya Presidente Electo, Felipe Calderón Hinojosa, y el entonces Presidente del CEN del PAN, Manuel Espino. 

 

En efecto, Espino, con las atribuciones que le conceden los estatutos, designó como «coordinador» del Senado panista a Santiago Creel, quien había sido contrincante de Felipe en la contienda interna panista por elegir al candidato a la Presidencia. Felipe Calderón Hinojosa le «ordenó» a Espino que lo quitara y Espino no aceptó la sumisión. De ahí nació el rompimiento, que concluyó con la expulsión de Manuel. ¿Por qué ahora tanto escándalo?

 

¿Por qué…? Bueno, pues porque en el fondo, lo que está en juego dentro del PAN son dos cosas:

 

1.- Quién manejará dicho Partido político, y

 

2.- La candidatura presidencial del 2018, en beneficio del zedillato, vía Puebla, con Fernando Manzanilla y Javier Lozano Alarcón a la cabeza.

 

Por lo pronto, la campaña electoral en Puebla se le ha complicado a dicho grupo, en razón de dos factores:

 

a) La declaración patrimonial del candidato oficial Antonio Gali. Esto es, los montos patrimoniales presentados por él, se le revirtieron y anularon el efecto «transparencia» que se pretendía obtener. Las cantidades exhibidas generaron escándalo mediático.

 

b) La campaña se había impulsado desde el eje llamado «construcción». Esto es, como ex secretario de Infraestructura, la «construcción» de una nueva Puebla le serviría como plataforma de despegue y consolidación al candidato Gali. Sin embargo, lo cierto es que hoy toda la obra del gobierno de Rafael Moreno-Valle Rosas se ha convertido en fuente de polémica, con manifestaciones populares contra el Metrobus, por ejemplo; lo mismo que lo fue en su momento el Teleférico y la Rueda de la Fortuna, etc. Los estrategas han mantenido el mismo eje rector en la campaña, para no confrontarse con el gobierno estatal, y entonces el que ha avanzado ha sido el PRI, a través de la explotación de dos elementos: la inseguridad pública y las obras sin consenso. De lo aquí expuesto, pues, cobra fuerza y validez lo señalado al inicio: la posibilidad del rompimiento del candiato Gali con la administración estatal, para siquiera tratar de terminar lo menos raspado posible el día de las elecciones.

 

(Todo lo aquí expuesto es producto de un análisis profesional del entorno político, más allá de las preferencias políticas personales).

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